Hace prácticamente tres años que hoy usuario de un iPhone, no quiero hablar del teléfono en sí, pero sí de los auriculares Apple, los blancos «de toda la vida».
Tampoco quiero hacer una review tipo blog especializado, ni de fanboy al uso, sino desde el punto de vista de un usuario (en mi caso intensivo) que los usa día y noche. Tampoco me interesa la calidad de sonido ni cifras ni decibelios porque también se ha hablado de esto hasta la saciedad. Me parece que suenan bastante bien para ser los cascos de un móvil y punto, sin pasarse y sin entrar en comparaciones con otras marcas como por ejemplo Sennheiser.
Quiero hablar de los materiales y de la construcción de estos auriculares pues mi historia comienza cuando mi suegra por hacerme un favor se ofrece a lavarme los pantalones. Yo le digo que me parece bien, pero que tenga cuidado con las cosas que tengo en los bolsillos.
Pues mi suegra es un poco dura de oído y lava mis pantalones con: dinero, unas notas, un pañuelo y mis auriculares Apple.
Aquí es donde empieza mi artículo pues después de pasar por el lavado a 30º y del secado en secadora, no sé a que temperatura, pero no serán menos de 50º, mis auriculares han acabado límpios (evidentemente) el blanco vuelve a ser blanco y ¡funcionan!, yo no he encontrado ninguna diferencia de sonido y hasta el mando/micrófono cumple su cometido, sube y baja el volumen, pasa de canción y capta perfectamente mi voz.
¿Conclusión? La verdad es que no he probado a hacer lo mismo con otros de otra marca, pero tengo mis dudas de que el resultado fuera el mismo, pues si algo tiene Apple (pese a sus detractores) es la calidad en los componentes y los materiales y no nos olvidemos, la investigación que hay detrás de cada producto que venden tanto de hardware como de software.
Y yo que creía que gracias a mi suegra me iba a tener que comprar los nuevos auriculares Apple Earpod del Iphone 5…